ALIMENTO CAMPESINO VS. GRAN INDUSTRIA. UN ACERCAMIENTO AL CULTIVO Y COMERCIALIZACION DE ALIMENTOS
Laura Sofía Daza Ordoñez.
La agricultura aparece tanto en el plano biológico, como en el social como parte central de la vida de las comunidades humanas, surgido hace varios miles de años le permite al ser humano la recolección de alimento para su supervivencia y desarrollo como especie. Sin embargo, en este texto se enfatiza como punto fundamental la ruptura que existe entre la recolección y la producción de alimentos, más aún cuando con el paso de los años y con la creciente expansión humana esta se multiplica en millones sus individuos y se vuelve necesario cubrir tal demanda con un modelo a mayor escala de producción. Queda claro que para dar el salto espacio - temporal de gran magnitud hacia el modelo industrial se responden también a cuestiones económicas y de posesión de la tierra que, en últimas, gesta en la época moderna en la aparición del capitalismo y con ello, la industrialización contundente y la producción desmedida de alimentos y demás productos.
Es hoy cuando el sistema alimentario mundial se compone de una cantidad considerable de ramificaciones entrelazadas, donde no sólo se trata de lo que el agricultor hace en su tierra, sino de todo un complejo sistema de monopolización de cultivos, que poco a poco conduce a que los actores sociales de la base de este sistema como lo son los pequeños agricultores, los indígenas y la agricultura familiar tiendan a desaparecer aceleradamente para dar paso a enormes extensiones de tierra cultivada, lo que conlleva a la apropiación en pocas manos de gigantescas proporciones de tierra. (Ambrecht, 2016)
La motorización de cultivos no solo constituye una problemática que acarrea desigualdad económica entre los poseedores o no de la tierra para producir alimentos, sino que, además, esto genera un problema ambiental y una seria afectación a la diversidad de fauna y flora. En el caso de la región que habitamos que es América Latina, es inteligible que la agricultura a pequeña escala contribuye enormemente a la agrobiodiversidad de la región, pues los modelos de producción campesina enfatizan su accionar en la diversidad de productos en un mismo tramo de tierra, es así como las especies ubicadas junto a los cultivos permiten la supervivencia de la diversidad asociada, entendiéndolos como hábitats para fauna y flora que en los grandes monocultivos no sobrevivirían. (Soluri, 2013)
En ese sentido, el papel de los campesinos para la conservación de especies alrededor del mundo y para su defensa política resulta fundamental en el mundo contemporáneo, aunque las condiciones estructurales le impidan y se opongan a la constitución de economías campesinas y a su supervivencia, grupos sociales campesinos e indígenas en sus reivindicaciones culturales se constituyen como auténticos actores sociales de los cuales surgen nuevos contextos con condiciones ambientales que podrían mejorar.
Ahora bien, la forma en que producimos nuestros alimentos también desemboca en que el establecimiento de parámetros para su comercialización, así, podemos establecer que, para los pequeños agricultores se da como sitio la plaza de mercado y para los monopolios de cultivos existe el supermercado. Así pues, amos sitios vinculan la actividad comercial y el abastecimiento de alimentos para los territorios urbanos, pero en especial la plaza de mercado es la que ha influido fuertemente en la transformación y evolución de las áreas urbanas, en el desarrollo de actividades comerciales y el incremento de la densificación en su entorno que, a través de la historia han enmarcado su fuerte influencia en la consolidación comercial de diferentes tipos y el desarrollo de servicios conformándose como un epicentro de las relaciones sociales, culturales y comerciales en el área urbana alrededor de la necesidad alimentaria.
La permanencia de la plaza de mercado a través del tiempo, no se configura como un elemento urbano moderno, al contrario, se conoce de su presencia incluso en momentos de la antigua Grecia, que entre sus finalidades tiene fortalece el social y cultural entre el campo y la ciudad unificados por tema del abastecimiento. Este un hecho que se repite en las diferentes ciudades en el mundo que genera desarrollo económico y crecimiento urbano, donde la plaza de mercado construye un puente desde las cosmovisiones de la vida campesina hacia la necesidad de alimentación de los habitantes del casco urbano que no tienen acceso al cultivo y se ven obligados a acudir a estos sitios de abasto, de la misma gorma en que para los pequeños agricultores la comercialización en estos lugares, les da una especie de garantía para obtener los clientes que consuman sus productos.
Para finalizar, se comprende que las dinámicas comerciales de las plazas de mercado están dadas por una serie de factores que por lo general permiten que las ganancias queden a manos de distribuidores, intermediarios y, en menor medida, de los mismos campesinos, quienes, ven desfavorecidas sus oportunidades de ganancia para la continuación de la producción. Por otro lado, el origen de los alimentos en su mayor parte prescinde de la presencia de la gran industria alimentaria, es decir, de la maquinaria fertilizante y monopolizadora de terreno y semilla, desde esa óptica, las plazas de mercado constituyen una oportunidad para reivindicar el producto de los pequeños campesinos y su subsistencia en las desiguales condiciones contra las que encara.
Bibliografía
Ambrecht, Inge. 2016. “Presentación: ¡Por qué es importante la agroecología?”: Capítulo 1. Convergencias y diferencias entre agroecosistemas y hábitats naturales”. En: Agroecología y biodiversidad. Programa Editorial de la Universidad del Valle.
Sauco, Á. M. (2006). La plaza del mercado de Barbastro a finales del Siglo XV. Una hipótesis de reconstrucción. (D. d. Facultad de Filosofía y Letras, Ed.) Aragón en la Edad Media - Estudios de economía y sociedad (XIX), 501 – 510.
Sauer, Carl (1956). La gestión del hombre en la tierra.
Soluri, John (2013). Los campesinos y la historia oculta de la diversidad. En Leal, Claudia et. al. Nuevas historias ambientales de América Latina y el Caribe (pp. 67-73). Munich, Alemania.
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