ECONOMIA COLOMBIANA ACTUAL: UN PROBLEMA ESTRUCTURAL
Julián
Tocancipá Ortegón
La
economía colombiana tenía implementado un modelo proteccionista hasta el siglo
XX, modelo que bajo sus principios solo estaba generando un subdesarrollo
socio-económico para nuestro país. Con el fin de conseguir un desarrollo económico
más estable y que se adapte de mejor manera al contexto mundial, en 1990 se
implementa un modelo neoliberal que viene acompañado con la apertura económica
de nuestro país. Esto genera una serie de cambios en la economía colombiana, el
principal que actualmente se observa es el aumento significativo en la
exportación de materias primas tales como petróleo y carbono, y el otro factor es
el incremento en importaciones de materiales manufacturados. Como mencione
anteriormente, el propósito de este cambio fue buscar una solución al
subdesarrollo socio-económico del país y conseguir al tiempo un desarrollo económico
estable tanto en el ámbito nacional como internacional. Sin embargo, a partir
de todo ese contexto surgen bastantes dudas al respecto, como ¿actualmente está
cumpliendo su cometido? y ¿a futuro cuál es el panorama de la economía
colombiana con este mismo modelo?
A
continuación, vamos a analizar varios aspectos de nuestro modelo enfocados en
lo que serían tanto las importaciones de materiales manufacturados como las
exportaciones de materias primas y sus efectos tanto sociales, ambientales,
como económicos para el país. Para entender a fondo el tema de las exportaciones
tenemos que entender que Colombia en el siglo XX se caracterizó por ser un país
agroindustrial (agropecuario), a principios del siglo XXI el país presento un
crecimiento en el sector minero-energético, y una gran baja en el sector agroindustrial
(agropecuario). En la actualidad, según cifras reportadas por el DANE, el
porcentaje de exportaciones de bienes de origen minero son del 54,9% y la de
los productos de origen agroindustrial un 20,7%. Con un crecimiento masivo en
el sector minero en los últimos 20 años, entidades como la OCDE mencionan que “la
economía colombiana sigue siendo dependiente de los recursos naturales”, y esto
a corto plazo no parece tan nocivo, lo que podría indicar que afecta en buena
medida a la estadística nacional, pero la realidad es el aumento desmesurado en
las actividades mineras justamente sobre bienes no renovables tales como el
petróleo y claramente sabemos los efectos ambientales nocivos que tiene sobre nuestros
ecosistemas por tanto la dependencia de la economía sobre la base de estos
recursos significa una apuesta muy riesgosa si se proyecta a futuro.
La
otra problemática que se ha generado en la última década es la
desindustrialización acelerada que viene aconteciendo desde principios del
siglo XXI, esto está relacionado con el crecimiento exponencial del sector
minero-energético y las altas importaciones de materias manufacturadas del
exterior. Con el aumento del sector minero, muchos de los recursos industriales
fueron desplazados hacia el sector primario, afectando los incentivos y el apoyo
a la producción nacional, junto a una creciente importación de estos bienes y
una revaluación del peso colombiano frente al dólar, se ha producido una des
estimulación en la economía local, generando problemas de competitividad y
producción. Esto ha generado diversos problemas, tales como son el desempleo,
agravado en las regiones del país donde son menos industrializados, la
informalidad laboral que se ha incrementado cada vez más y podemos observar que
a raíz de esto, de manera indirecta, se ha generado una desigualdad social que se
intensifica por las pocas oportunidades que se dan nacionalmente, a fin de cuentas,
este modelo que tenía el propósito de impulsar la economía colombiana, nos
prometió un futuro efímero con un crecimiento exponencial del PIB, pero en
realidad éste no ha sido el mejor desde la gran recesión, aunque nos afectó de
una manera tan abrumadora como a otros países, vemos un crecimiento en el PIB
para este año de 3,5%, si bien no son cifras con un crecimiento significativo, podemos
observar que nuestro modelo económico no es tan esperanzador y en su lugar ha
generado más desigualdad tanto social como ambiental. De esta manera, el
propósito inicial de un cambio económico que buscaba un mejor desarrollo en la
economía de nuestro país, en la actualidad se convirtió en un modelo de dudosa
la eficacia. En síntesis, si realmente queremos llegar a ser una economía emergente
con la capacidad de lograr el tan anhelado
desarrollo sostenible a nivel nacional y proyectado a nivel
internacional debemos realizar cambios estructurales en nuestro modelo económico.
Referencias
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