LA MÚSICA EN LA ECONOMÍA
Para hablar de la influencia de la música en la
economía, primero tratemos de definir que es la música y sus orígenes. Cada uno
de nosotros puede tener su propia definición de que es la música, al igual que
existen cientos de significados unos más técnicos que otros, que de alguna u
otra manera nos ayudan a entender y sacar un propio concepto. “La música comienza donde acaba el lenguaje” (Ernest
Theodor Amdeus). “La música en un diccionario enciclopédico, puede definirse
como el movimiento organizado de sonidos a través de un espacio de tiempo o
simplemente como el arte de combinar sonidos de un modo agradable al oído”
(García, 1992). (Vargas Arcos Andrea,
trabajo de grado: Industria Musical en Colombia: una aproximación desde los
artistas, las disqueras, los medios de comunicación y las organizaciones,
Bogotá 2008). Al igual que grandes economistas han hecho conceptos de que
es la música, por ejemplo Karl Marx define la música como “un argumento social que ha prevalecido en todas las
culturas a lo largo de la historia de la humanidad..., es decir, una
herramienta de conocimiento que incita a descifrar quizá una forma sonora de
existir” (Víctor del Real Muñoz,
articulo La música: la relación entre el arte,
la economía y el mercado del 4 diciembre, 2016Reversos
El Otro Lado
La industria cultural y más exactamente la de
la música ha sufrido de transformaciones, debido a la globalización del siglo
XXI, debemos tener en cuenta que cada cultura, tiene su propia música que los
identifica, pues por medio de ella se e expresan sentimientos, se cuentan y
narran poesías, historias (en pueblos
indígenas que no manejaban la escritura, utilizaban la tradición oral, como
parte fundamental para transmitir de generación en generación el conocimiento y
garantizar la preservación de su etnia). Pero realmente ¿la música es un factor
importante dentro de una economía? A simple vista, fácilmente uno puede decir
que no, no es tan importante ni influye mucho en la economía, pero al
investigar y adentrarse un poco más en el tema, podemos darnos cuenta que en
economías como la Colombiana, cada vez más la industria cultural va ganando su
espacio, aumentando el porcentaje de participación dentro del PIB, el crecimiento que vienen teniendo segmentos
como el de la música (9,3%), el audiovisual (15%) o las artes escénicas (29,9%)
(Portafolio: diciembre 18 de 2017, La economía naranja comienza a ganar relevancia
en el PIB), esto en términos
monetarios es mucho el dinero que a través de la música se recauda y podría ser
mucho más, pero por el problema de la piratería no es posible. Sin embargo, hay
economías en donde no se ha visto un crecimiento tan significativo, esto puede
entenderse por diversos factores como la cultura y multiculturalidad que pueda
tener una sociedad. Para el caso de Colombia, al ser un país tan diverso,
permite que muchos géneros, ritmos y expresiones artísticas puedan surgir,
llegar y aceptarse fácilmente, aquí no solo se escucha currulao, bambucos,
vallenatos, cumbia, porro, música afrocolombiana, por mencionar algunos tipos
de música y ritmos que son propios de nuestra cultura, ya también es común
escuchar música como la salsa, el merengue, la bachata, el reggae, reggaetón, el rock, el metal,
música en inglés como blues, jazz, rock, heavy metal, hip hop, entre otros, y
el último nacimiento el trap; se podría decir que todos estos últimos tipos de música,
de ritmos, son más comunes escucharlos que los propios ritmos de nuestro país,
haciendo que la música que se escucha en el territorio nacional sean cada vez más
variada, amplia y diversa ( hay de donde escoger).
Tal vez, tanta variedad es la que permite que
la industria musical en particular en nuestro país esté en constante
crecimiento. Sin embargo, no hay que desconocer que la inversión tanto del
sector público como privado ha ayudado en cierta manera a que la industria
cultural en general cada vez crezca más.
Si bien, gran parte de esta industria se
encuentra localizada en la capital colombiana, Bogotá, con 1.663 empresas
pertenecientes al sector musical, de las
cuales el 45% se dedican a la industria de la música en vivo mientras que el
52% de esas empresas se dedican a la producción de música grabada (Sara
Padilla, El Espectador 16 Sep. 2017). Según Sara
Padilla en su artículo (estas son las razones del buen momento por el que pasa
la industria musical) ya más específicamente se encuentran divididas de la siguiente
manera: “919 compañías se dedican a actividades de espectáculo en vivo, 284
realizan actividades de grabación de sonido y edición de música, 226 se dedican
a la creación musical, 169 realizan actividades de programación y transmisión
en el servicio de radiodifusión sonora, 44 fabrican instrumentos musicales y 21 producen copias a partir de grabaciones
originales” ( El Espectador 16 Sep. 2017).
Desde el modo de producción en el que nos
encontramos, el capitalista, la industria musical como cualquier otra industria
que cuenta con sus productores y consumidores, lo que quiere es obtener
ganancias, por lo que “la
música vista como mercancía, dadas las condiciones teóricas clásicas y
marxistas adquiere relevancia después del auge de sus industrias. Compañías
disqueras, derechos de autoría y conciertos masivos muy compactos y algunos muy
abiertos son componentes de este gran negocio” (Víctor del Real Muñoz, articulo La música: la relación entre el arte, la economía y el
mercado del 4 diciembre, 2016Reversos
El Otro Ladoa música es entonces un
elemento fundamental en la creación de realidad social e industrial, que debe
ser cada día complementada acorde con los deseos y necesidades de sus escuchas”
(Vargas Arcos Andrea, trabajo de grado: Industria Musical en Colombia:
una aproximación desde los artistas, las disqueras, los medios de comunicación
y las organizaciones, Bogotá 2008). Al igual que muchos aspectos de
la vida han ido cambiando históricamente, la industria de la música no es una
excepción, ya que gracias a la globalización, los gustos y necesidades de los
consumidores se han visto modificados, de tal manera que son las mismas
industrias las directamente encargadas en influenciar en dichos cambios, los
cuales ellos aprovechan para sacar mayores beneficios; actualmente no solo se
puede acceder a la música de manera física, comprando LP’s, casetes, en sus
inicios, CD’s, memorias USB, un poco después, sino que ahora se pueden adquirir
de manera virtual gracias a la red, al internet, claro está, que por medio del
internet también hay mucha piratería, pero igual existen personas que por este
medio hacen uso de las muchas aplicaciones que hay en la red, descargan su
música favorita de manera legal, pagando por ella, a un bajo costo.
Por lo tanto, el desarrollo de la tecnología ha permitido que la
sociedad tenga grandes avances, que todas las industrias deban adaptarse y
adaptar sus productos a las nuevas necesidades que el consumidor ha adquirido,
por ello, en la industria de la música, “por primera vez, la música en línea y
las descargas representan el 50% de las ventas mundiales. Las ventas en formatos físicos, por su parte, recularon 6,8%,
acumulando un descenso de 77% en 15 años” (AFP, 25 Abr
2017, industria musical logro crecimiento récord de 5.9% en 2016).
Para concluir, destaco que gracias a la música, son muchas las
experiencias buenas y bonitas que se pueden pasar, pues por medio de una
canción tus sentimientos puedes expresar, sea que uno mismo la componga o
simplemente dedicar la que alguien más ya se tomó la dedicación de componerla y
colocarle un ritmo agradable para el oído, pero también, pueda que nos traiga
malos recuerdos por diferentes circunstancias en la vida; lo único claro y
seguro para la industria de la música es que aunque es demasiada la piratería,
siempre obtendrán ganancias, porque siempre van a haber personas dispuestas a
pagar lo que sea por ser de los primeros, sino es el primero, en obtener el
sencillo que recientemente sacó su artista favorito (tal como ocurre con la
tecnología, cuando una marca anuncia que estará disponible su última creación),
personas dispuestas a pagar por una entrada a un concierto y ver más de cerca a
ese gran “ídolo” musical y si se cuenta con un mayor poder adquisitivo, se está
dispuesto a contratar un show privado de su gran artista. Por ende, este
fenómeno de la música va en crecimiento, al igual que sus ganancias.
Nataly Gómez Martínez
Bibliografía
Comentarios