La situación económica y el petróleo
Karla Isabela Martínez Martínez.
Una
de las bases del desarrollo y funcionamiento de nuestro país radica en la
producción de petróleo que se da en las diferentes regiones y en la explotación
de otros recursos naturales. El petróleo es un hidrocarburo que se encuentra
bajo la tierra, es una fuente energética no renovable, aparte de esto se
encarga de algo fundamental en la economía como es la generación de empleo y
actualmente es el productor de energía que mantiene nuestra sociedad colombiana
ya que se lo puede utilizar no solo para generar un tipo de combustible sino
que por el contrario se pueden obtener más combustibles de esta materia prima,
por lo tanto, es un recurso estratégico cuya carencia ocasionaría un déficit en
la economía. Un aspecto importante es que además de que esta materia prima nos
da una gran apertura económica también tiene un impacto ambiental negativo; ya
que el proceso de la extracción de este consiste en explorar los yacimientos,
extraer, generando así un deterioro de los pisos y posibles contaminaciones, de
este modo su producción y/o transportación puede causar un notable deterioro
ambiental.
“Según estimaciones de la Cámara de Bienes y Servicios
Petroleros (Campetrol), la industria petrolera genera un promedio de 120.000
empleos, de los cuales el 80 por ciento se concentra en empresas proveedoras de
bienes y servicios” (Toro, 2018). Referente a lo citado anteriormente se puede
decir que la extracción de petróleo contribuye en gran medida a la generación de empleo pues esta labor
necesita tanto de mano de obra especializada como mano de obra no calificada y
por tanto permite a personas originarias o residentes de las zonas de
exploración y extracción tener un trabajo y por ende aporta al bienestar de
muchas familias colombianas, pues las necesidades fundamentales como salud,
vivienda, alimentación, educación, se verán saciadas gracias a esta generación
de empleo e incluso también algunos deseos.
“Los departamentos del Meta y Casanare concentran
cerca del 70% de crudo del país que lo extrae Ecopetrol y otras tres empresas
extranjeras” (Arcila, 2018). “El país logró producir en enero de este año,
899.000 barriles por día en promedio, una cifra que no se veía desde mayo de
2016 y todo ello a pesar de los atentados a la infraestructura de oleoductos”
(Dinero, 2019). Desde el punto de vista económico esta noticia es alentadora
porque ayuda de manera positiva la economía del país, e incluso “si se continua
el crecimiento de esta manera probablemente va a terminar alcanzando la producción
de Venezuela que se acerca al millón de barriles por día” (Dinero 2019), Sin
embargo, la extracción de este hidrocarburo sigue generando impactos negativos
en el medio ambiente pues tanto su extracción, transportación y consumo
contaminan, por ejemplo:
Según
las investigaciones preliminares, 25 kilómetros del río Sogamoso están
contaminados sumados a 49 cuerpos de agua. Al menos unos 2.500 animales
murieron y 9 personas se encuentran con problemas de salud como consecuencia
del derrame, sin contar los cientos de pescadores que se quedaron sin sustento.
Lo más grave de todo es que según las proyecciones de los especialistas, el
daño ambiental será reparado en 20 años (2038) pero, sin duda, quedarán
secuelas permanentes. (Ortega,2018).
Para finalizar a pesar de que el petróleo sea el medio más rentario
de la economía de nuestro país, se produce una alteración tal que perjudica
nuestro medio natural y sus componentes; la extracción de recursos naturales
irremediablemente trae graves consecuencias y la producción petrolera en
nuestro país ya contamino los suelos, los mares, el aire, la flora, la fauna y
el agua potable y lo sigue haciendo, además el intenso y descontrolado uso que
se le da a estos recursos atenta contra su conservación y contra el futuro
productivo de cada uno de ellos, estos
problemas están vinculados con gestión insuficiente en la que no existe una
monitorización de los recursos naturales ni tampoco un uso de las tecnologías
adecuadas. De este modo Colombia debería cambiar sus estrategias de extracción
de esta fuente de energía, y no solo especializarse en la producción de
materias primas (mono producción); ya que Colombia cuenta con una gran variedad
de pisos térmicos su gran apertura económica se dará con el aprovechamiento en
buen modo de estos mismos y con la macro producción y exportación de productos
como café, flores, petróleo (con sus diferentes combustibles), etc. Para esto
se necesita implementar una maquinaria especializada, la cual no atente contra
la integridad del ecosistema.
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