El Fútbol
¿Cómo incide el fútbol en la sociedad de hoy?
El fútbol es un deporte que apasiona, enseña,
educa, aporta valores socializa y fortalece a las personas pero también tiene
una cara negativa, una parte que hace todo lo contrario: vicia, corrompe, tuerce.
Me gustaría analizar cómo puede contribuir el comportamiento de los padres en
el desarrollo de los deportistas más jóvenes (niños).
El debate sobre la competitividad
excesiva y la violencia en el deporte infantil es un tema que despierta el
interés y la preocupación de la comunidad. Numerosas investigaciones han
tratado de demostrar cómo la práctica deportiva puede llegar a convertirse tanto
en una herramienta educativa como una fuente de ansiedad y frustración.
Mediante la práctica deportiva se puede favorecer la adquisición de estilos de
vida saludables y posibilitar la transmisión de valores así como, potenciar la
participación precoz y mejorar el rendimiento, cuyo efecto puede ser negativo para
el desarrollo de los jóvenes, ya que los obliga a sacrificar actividades
propias de la infancia y asumir actividades que no corresponden a su nivel madurativo.
Existen padres que les inculcan a sus
hijos la pasión por el deporte que ellos mismos han ido adquiriendo en primera
persona, padres que les enseñan calores con un deporte que no han vivido, pero
también quienes cuya implicación es mínima y no saben utilizar los valores que
aportan la práctica de un deporte, simplemente intentan beneficiarse de la
competitividad y el afán de ganar sin pararse a pensar o apreciar entre otro el
valor que tiene aprender a perder. Hay niños que por perseguir su sueño de ser
futbolistas olvidan y descuidan toda su vida académica ya que sólo se enfocan
en dicho deporte. La mayoría de jóvenes no lo logra, esto no sólo genera
frustración, los niños se desaniman, y se les hace muy difícil hallar otra
vocación y terminan siendo mediocres que no aportan para nada a la sociedad.
¿Pero que tanto incide en lo económico?
Durante las últimas décadas, el deporte
como una actividad lúdica y saludable dentro de la economía del ocio, ha
sufrido un cambio radical hasta convertirse en el espectáculo que hoy
conocemos, un negocio y un acontecimiento social capaz de captar el interés de
millones de personas alrededor del mundo.
Como consecuencia, las principales ligas
de fútbol profesional, en su mayoría europeas, han sufrido importantes cambios en su modelo de negocio se
han ido adaptando a las necesidades actuales y han ido trasladando la
competición del ámbito deportivo al económico, en un contexto en el que los
recursos económicos son cada vez más importantes para mantener la intensidad de
las competiciones, el éxito deportivo de los clubes y el interés de los
aficionados, en resumen para mantener el espectáculo.
Por tanto clubes de las principales
ligas de fútbol y entres ellos los de España han sufrido una fuerte transformación
pasando de ser clubes deportivos que buscaban medios de financiación de su
actividad a convertirse en empresas basadas en el hecho deportivo como
producto, incrementando de forma significativa las vías para obtener sus
recursos.
La remodelación de estadios con el
objetivo de obtener mayores ingresos por taquillas, las campañas de captación
de socios, la venta de espacios publicitarios, los contratos de publicidad de
jugadores, la venta de derechos de retransmisión o la venta de camisetas, entre
otros, representan algunas de las actividades económicas que sustentan este deporte
y, además, suponen un aumento de la demanda de productos y servicios
intermedios en otros muchos sectores (construcción, transporte, hostelería,
etc.).
En definitiva, los campeonatos
nacionales de fútbol profesional suponen una actividad económica de gran
impacto que mueve miles de millones de euros anualmente, es capaz de paralizar
un país, y por tanto, contribuyen de forma significativa al producto interior
bruto del país. Además, suponen un importante yacimiento de empleo para miles
de personas.
Bibliografía:
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