¿La economía mundial necesita de la obsolescencia programada?

                                                                                                                       Diego Fernando Muñoz

                                                                                 

Para dar respuesta a nuestro interrogante debemos de saber qué es la obsolescencia programada y cuáles son sus clases.

La obsolescencia programada es la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto, de modo que, tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño del mismo, este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible por diversos procedimientos. Esta se deriva entres clases: obsolescencia programada, persivida  y por moda. Por otro lado la obsolescencia programada, tuvo su origen gracias a la revolución comercial, la acomulacion de capital y los avances tecnológicos. Estos procesos lograron aumentar la producción desencadenando la incorporación de nuevas tecnologías en la producción agraria, la aparición de nuevas formas de organización del trabajo. Pero estos fenómenos tienen su punto de encuentro en el modelo económico que se implementó.

Como consecuencia el modelo capitalista financiero surge de la primera revolución industrial y  trajo consigo la noción de producir a bajo costó para verder a altos precios.

Desde entonces se considera que el crecimiento económico es la la producción de bines y servicios, es decir que al aumentar los niveles de consumo, aumentan los niveles de productividad. Lo que no sólo mantiene a las fábricas funcionando, si no que tan bien se avanza en la búsqueda de nuevas tecnologías que busque seducir al comprador.

En conclusión la obsolescencia programada se ha convertido en uno de los principales factores de producción a nivel mundial, toda vez que el mundo necesita nuevas fuentes de trabajo, nuevas formas de producción.

Yo no estoy del todo en contra de la obsolescencia programada, de hecho es un sistema que permite mantener las fábricas funcionando, los investigadores trabajando, de tal forma que el sistema se retroalimenta beneficiando a toda la cadena, ya que los propios productores son también consumidores y los consumidores son parte del esquema de la producción (desde operarios a directivos). El único punto donde flaquea toda esta teoría de la obsolescencia programada es en los residuos que se generan, que parecen no suponer un problema mientras contaminen otros territorios.