LAS MONEDAS VIRTUALES Y SU IMPACTO EN LA ECONOMIA COLOMBIANA

 104414010272

Ante el incremento del costo y de mayores restricciones en las transferencias digitales en el mundo, en la actualidad, se utilizan cada vez más nuevas tecnologías que facilitan y abaratan el costo de las mismas. Las monedas virtuales o criptomonedas se han presentado como una solución a las nuevas necesidades que el comercio electrónico globalizado ha traído en su incesante crecimiento. Dichas monedas permiten realizar transferencias online con mayor facilidad, con menores costos y de forma simple y segura, a través de una plataforma tecnológica descentralizada, la cual está basada en una red de consenso mundial y criptografía.

Las criptomonedas presentan una serie de particularidades que las hacen diferentes a las demás monedas, son monedas virtuales, no existen físicamente, ni en papel, ni en metal, como las monedas que actualmente conocemos. Sin embargo poseen funciones similares a estas: al ser una representación digital de valor, funcionan como medio de cambio y unidad de cuenta. Además son monedas privadas, es decir, no vinculan a los estados o bancos centrales, son descentralizadas y, en consecuencia, no existe una entidad que pueda controlarla. La moneda se crea siguiendo un conjunto de normas acordadas por los miembros de la red, por esa razón su precio se encuentra determinado por la oferta y la demanda, es decir, cuando se incrementa su demanda, el precio sube y viceversa. Por tanto, lo que determinara el precio de la moneda en gran medida es la confianza que depositen las oferentes y demandantes en ella.

Por otra parte, vale la pena aclarar que a pesar de que su utilización implica bajos costos de transacción y fácil acceso, sus transacciones poseen riesgos al no estar anclado a ningún activo ni contar totalmente con el respaldo de un Banco Central. Además, dicha moneda también puede facilitar el surgimiento de actividades ilegales, por transarse en plataformas anónimas. En consecuencia, en Colombia la Superintendencia Financiera (2014) alerto sobre los riesgos de las monedas virtuales y recordó que las entidades financieras locales no estaban autorizadas para custodiar, invertir o intermediar con dichas monedas. Además el Banco de la Republica, en un comunicado de prensa publicado en abril de 2014, señalo que la única unidad monetaria y de cuenta en Colombia es el peso, por ende las monedas virtuales no son monedas ni un activo que puedan ser consideradas como divisas convencionales. Por tanto, dichas monedas no pueden utilizarse para el pago de operaciones definidas en el Régimen cambiario expedido por la Junta directiva del Banco de la Republica.

No obstante, el uso de las monedas virtuales se ha extendido a los mercados reales y financieros, como el de derivados o el de fondos de inversión, tanto nacionales como internacionales. Tal ha sido el auge de estas monedas que en muchos países han implementado cajeros automáticos para poder convertir las monedas virtuales, especialmente el Bitcoin, por la moneda local.  En Colombia las monedas virtuales son un término que apenas se está empezando a escuchar, sin embargo esta ha venido tomando relevancia, Bogotá y Medellín lideran es uso del Bitcoin.

Debido a todo lo anterior y teniendo en cuenta que es una moneda de alto crecimiento, vale la pena preguntarse lo siguiente: ¿Son las criptomonedas las nuevas monedas que revolucionaran la forma de dinero en el mundo? ¿Por qué su uso se viene intensificando a pesar de las restricciones y desestimulación  de su uso por parte de las autoridades?  ¿Debido a su creciente popularidad los gobiernos centrales deben regularlas de manera formal y percibir ingresos por su uso? ¿Existe la posibilidad de que estas monedas puedan llegar a reemplazar las divisas tradicionales para realizar cualquier tipo de transacción virtual en cuanto al intercambio de bienes y servicios se refiere, gracias a sus vahos costos de transacción?  Estas y muchas más preguntas, se analizaran y se trataran de dar respuesta en el transcurso de esta investigación, con el  fin de analizar su impacto actual en la economía colombiana y su posible repercusión en el futuro.